En la investigación han participado cien estudiantes, que debían completar varios cuestionarios y realizar dos tareas computarizadas para medir repetitivo pensamiento negativo (RNT) midiendo cuánto se preocupaban por diferentes temas o se obsesionaban con algo. Los sujetos también contestaron preguntas sobre sus hábitos de sueño y horarios.
Los sujetos que se describen a sí mismos como personas "trasnochadoras", así como aquellos que duermen pocas horas a lo largo de la noche, descubrieron que tienen muchos más pensamientos negativos que los que describen a sí mismos como personas "madrugadoras", así como los que duermen más tiempo. Los investigadores señalan que es posible que la preocupación lleva a interrupciones en el momento y la duración del sueño.
Y no sólo pensamientos negativos. La falta de sueño también puede provocar preocupaciones, ansiedad y estrés. Los científicos consideran que los resultados del estudio podrían ser útiles para desarrollar nuevas terapias contra la depresión o el estrés.