Dentro de un universo de 4.000 nacimientos en Mendoza, 180 de los pequeños tienen síntomas de abstinencia", ha explicado a diputada provincial Marcela Fernández.
Según recoge RT, tanto la madre como el bebé son sometidos a tratamiento contra las adicciones, pero en gran número de los casos todo termina en la separación de ambos.
La primera medida es cortar la lactancia materna y luego se coloca a los niños en centros preventivos de adicciones y, de no ser reivindicado por la red familiar de origen, el pequeño es finalmente cedido en adopción.
Entre las repercusiones de la drogadicción congénita está la "devolución" de los niños adoptados, ya que el 25% de los padres adoptivos en Mendoza devuelven a los bebés a las casas de acogida por causa de los trastornos que genera la droga en los menores.