La Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU recomienda no llevar lentillas en el agua, informa Fox News. La causa es que las lentillas son porosas y pueden absorber bacterias y sustancias químicas presentes en el agua. Esto puede generar infecciones, irritación y potenciales amenazas para la vista.
Aunque las piscinas no albergan tantos microorganismos como lagos y estanques, aún se corre el riesgo de contraer una infección. La exposición al agua también puede causar que las lentillas se fijen más en los ojos, y el cloro añadido a las piscinas para ayudar a mantener el agua limpia en realidad puede ser muy irritante.
Lo más aconsejable es usar lentillas desechables porque están diseñadas para usar y tirar, pero lo mejor sería utilizar gafas de piscina para proteger los ojos de los contaminantes.
Si aun así decides bañarte con lentillas, debes quitarte y desinfectar las lentillas tan pronto como sea posible.
Y si sufres síntomas como ojos rojos, irritación, dolor o sensibilidad a la luz después de usar lentillas en el agua acude al médico.