La feliz pareja ha visitado Australia y Nueva Zelanda junto a su hijo que, por el momento, no va a tener ningún hermanito. Además de visitar lugares emblemáticos, han recorrido viñedos neozelandeses, donde Kate declaró que ahora que ha tenido al príncipe Jorge, "puede disfrutar del buen vino", sintiendo preferencia por el vino blanco.
En Queenstown aprovecharon para montar en lancha en las agitadas aguas de su río y fue en el momento antes de subir a la embarcación cuando Kate aplacó los rumores acerca de su embarazo. La princesa dijo que no estaban esperando otro hijo, a pesar de las bromas de su marido, y que por eso no le preocupaba el cartel que aconsejaba no montar en la lancha a las embarazadas.
Daily Mail revela que, durante este viaje a Oceanía, los príncipes de Inglaterra se han alojado en un hotel cuyo precio ascendía a 6.500 libras la noche. Tras el descanso en este lujoso hotel, los duques de Cambridge continuaron con su apretada agenda, que abarcaba actividades que van desde ver un partido disputado entre equipos infantiles de rugby y una visita a la catedreal de San Pablo durante el domingo de Ramos.