En declaraciones recogidas por Daily Mail, Gillan, hace un recorrido por su pasado y presente. "Yo estaba trabajando como una prostituta y al mismo tiempo haciendo películas porno con el seudónimo de Sophie O'Brien, cuando vi un anuncio en un sitio web para actrices en la industria del cine".
Las exigencias para el papel eran claras y Gillan las cumplía, "estaban buscando a mujeres jóvenes con pechos naturales y sin tatuajes, y que no les importara ser grabadas desnudas. Así que inmediatamente envié una imagen".
Su interpretación en el burdel de Chataya seduciendo al príncipe Oberyn Martell le sirvieron a Gillan como tranpolín para salir del duro mundo de la prostitución y ganarse un puesto a sus 27 años como cotizada actriz a pesar de no haber desarrolado una carrera como tal.
Para el olvido queda su relación con el mundo del cine x y la prostitución. Algo que empezó con una infancia corrompida por el abuso sexual, el alcohol y las drogas. Fue a 24 escuelas diferentes; sufrió el abandono de su madre torturada por una relación violenta y se quedó sola y sin sin nadie a los 12 años.
Abandonada, cuenta ella que "me entregaron a un amigo de la familia, que me daba de fumar cannabis y alcohol a los 12 años y me hice adicta a la cocaína cuando tenía 14 años. Me violó dos años más tarde y luego me prostituyó con sus amigos", suenta Josephine, quien dice que esta persona la amenazaba con enterrarme en el jardín si decía algo.