Jeane y Paul Briggs conocieron a su primer hijo por foto. Tenía dos años, era ciego y vivía en un orfanato. Tenía las piernas fracturadas y a causa de los golpes sufría daño cerebral, según ha publicado la BBC.
"Nos fuimos a verlo y en cuanto lo vimos supe que podía ser nuestro hijo", contó Jeane.
Poco meses después lo adoptaron y ahora Abraham tiene 31 años y es un talentoso músico que toca el piano, la guitarra y compone.
A Abraham le siguieron otros 28 niños, en Rusia, Ucrania, Bulgaria y Ghana.
A otro de sus hijos, Joseph, le trajeron desde Ucrania del Este. El niño, que ahora tiene 24 años, fue abandonado en un hospital nada más nacer.
El pequeño tenía labio leporino y el paladar hendido. Todos se reían de él. Los Briggs se lo trajeron a Falling Waters, en Virginia y ya tiene 24 años.
La familia tiene que adaptarse a convivir y la casa han tenido que modificarla según han crecido. Conviven en nueve habitaciones y 5.000 m2.
El problema, sin embargo, no es el espacio, sino alimentar a las más de 30 bocas. Jeane lo define como "una locura", porque se gastan 1.000 dólares a la semana solo en gastos del supermercado.
Además del gasto, el lavavajillas no da abasto. Por ello, la familia usa platos y vasos de papel.
La recompensa, sin embargo, subrayan, es cambiar la vida de los niños, cuentan estos padres.