William y Reagan nacieron el pasado 17 de diciembre. Sin embargo, la felicidad de la familia quedó empañada por las noticias del embarazo que habían llegado con aterioridad: William tenía graves problemas de corazón y, si sobrevivía al parto, no duraría mucho más.
Así que los padres decidieron hacer un homenaje al pequeño organizando una sesión fotográfica que sirviera de recuerdo para siempre, sobre todo para la pequeña Reagan, que pronto dejaría de compartir la vida con su hermano.
Según relata la publicación Huffington Post, los padres contactaron con una fotógrafa, Lyndsey Brown, que se prestó a llevar a cabo la sesión. Con mucha delicadeza y mimo, retrató los momentos que han quedado como un bello álbum de recuerdos y homenaje al pequeño que falleció pocos días después.