"Sentí que algo me empujaba y me caí al suelo. Levanté la vista para ver qué era lo que pasaba y vi el cinturón de mi pantalón clavado en el suelo. No me podía mover, estaba bastante asustado. Fue alucinante", ha declarado el granjero en una entrevista concedida al medio de comunicación East Idaho News.
Al ocurrir el accidente, los compañeros que se encontraban con Justin Firth llamaron a la Policía y al servicio de emergencias. Nada más llegar la ambulancia, el hombre fue trasladado en avión al hospital de Portneuf donde fue operado de urgencia.
La intervención que duró más de cuatro horas fue realizada con éxito. En la cirugía, los médicos retiraron la vara de más de 18 kilos y limpiaron toda la zona dañada para evitar infecciones. Por suerte, el instrumento no afectó a ningún órgano como han confirmado los portavoces del centro hospitalario: "No tocó ni su médula espinal, ni su aorta, ni los riñones".
Según han revelado los responsables de la cirugía, uno de los motivos por los que Justin Firth continúa con vida es por la actuación de sus compañeros y del servicio de emergencia que le atendió en un primer momento: "Una de las cosas más importantes que hay que aprender en la atención hospitalaria temprana es no retirar ni eliminar el objeto o el instrumento que este atravesando el cuerpo humano".
Además, el granjero ha asegurado que una vez haya sido dado de alta pedirá al centro médico que le envíen la vara de metal para conservarla como recuerdo de aquel susto.