Ese peso significa en torno a dos kilos más de la media de los recién nacidos. Tan grande es el tamaño de Gabriella, que su madre entre risas ha asegurado, en declaraciones que recoge GazetaWeb, que “el primer día que la cogí fue cruel, un poco incómodo, pero ahora me estoy acostumbrando”.
La madre, Maira Trevisan, cuenta que las enfermeras no perdieron la ocasión de realizarle fotos a la niña, que se convirtió en una atracción en la planta de la maternidad. Incluso debido al tamaño de Gabriella, la ropa que se le puso era para niños con un mayor tiempo de vida, ya que “las ropas de recién nacidos no servían”.
Pero a pesar del peso con el que nació la niña, Maira ha explicado que tuvo un embarazo tranquilo, aunque de alto riesgo, en el que engordó 11 kilos. Tal era el tamaño de la barriga, que ella misma indica que parecía un embarazo de gemelos: “Con seis meses ya pesaba 1,9 kilos. Y lo normal es que con ese tiempo un niño pese unos 600 gramos”.
Dos horas antes de la cesárea, el médico le dijo a Maira que “nunca había hecho un ultrasonido de un niño tan grande –pesó 5,380 cuando se hizo-“. Es más, según relata la madre, una enfermera del hospital dijo que nunca había habido un parto de un bebé tan grande, que el “mayor aquí fue de cinco kilos”.