Cuenta The Telegraph que a sus 30 años, Jemma está pasando por un auténtico calvario más propio de adolescentes alocados. Su situación arranca en 2008 cuando decidió cambiar su nombre en Facebook para evitar ser molestada por viejas amigas y amigos y pasó a ser conocida por el actual Jemmaroid Von Laalaa.
Ahora la red social le ha mandado un mensaje exigiéndole que demuestre ser Jemmaroid Von Laalaa, algo evidentemente imposible.
Su primer impulso fue falsificar las tarjetas bancarias con Photoshop y enviar el montaje a Facebook, pero la treta no funcionó.
Encerrada en su nick y sin acceso a sus valiosos recuerdos, Jemmaroid optó por algo que en el Reino Unido es relativamente sencillo: Cambiarse el nombre. Así que adoptó su seudónimo como nueva filiación y envió los datos por correo a la red social. Pero la respuesta fue que estudiarían su caso.
Así que se Jemma Roger se ha visto atrapada en un círculo infernal. Bloqueada en Facebook, sin documentos para poder viajar hasta que los renueve, sin tarjetas bancarias por cambio de nombre y sin sus preciosos recuerdos perdidos en la nube.
Jemma reflexiona en voz alta sobre todo lo pasado. Intenta compararse con una víctima de abusos o de malos tratos que necesita ocultar su identidad para no ser localizada y culpa de Facebook de tener demasiado poder sobre los recuerdos de las personas.
Por su parte, un portavoz de la red social recuerda a los usuarios la necesidad de ser auténticos y veraces en los datos personales que se proporcionan en los perfiles personales ya que eso hace que los individuos sean más responsables respecto a lo que dicen y escriben. En cualquier caso han reconocido el error cometido y comunicado a Jemma el restablecimiento de su cuenta.