La empresa de cosmética en la que trabajaba Frédéric Desnard, tuvo una crisis interna hace un par de años, lo que hizo que perdiera el 50% de su volumen. Como consecuencia, hubo una reestructuración del personal…en la que se olvidaron de contar con Desnard. Según le cuenta al medio francés ‘RTL’, esto provocó que su único trabajo a lo largo de la jornada laboral fuera hacer pedidos de stock en esta empresa situada en Santé (Francia).
Así fue como Desnard comenzó a padecer el síndrome Burnout, que tiene como principales síntomas la epilepsia, trastornos de sueño… El exempleado asegura que incluso esta depresión (que aún sigue acarreando) le hizo plantearse el suicidio.
Sin embargo, la justicia no parece estar de lado del extrabajador. Aunque el asunto ya pasó por los tribunales en 2015, el juez condenó a Desnard a pagar 1.000 euros, al no considerar que este síndrome esté reconocido por la Seguridad Social francesa. Aun así, Desnard volverá a ir a juicio para reclamar su indemnización compensatoria, que él estima en unos 360.000 euros.