Christy Mack había roto con su novio, el boxeador de MMA Jon Koppenhaver, en mayo. Un viernes apareció a las dos de la mañana en la casa de Christy sin previo aviso, y vio que había ropa de su exnovia y otro chico tirada. Se enfadó y fue directamente a pegarle una paliza a su amigo. Tras acabar con él, le echó de casa y entonces empezó la peor pesadilla de Christy.
La obligó a quitarse la ropa, la pegó en el la cara dejándola con 18 huesos rotos a lo largo del ojo y la nariz partida en dos. Después se dedicó a pegarle una paliza por todo el cuerpo y con un cuchillo la amenazó numerosas veces, incluso la llegó a cortar parte del pelo con él.
En un momento, Christy consiguió salir de su casa, desnuda, y fue pidiendo ayuda en cada puerta hasta que consiguió que alguien le abriese y la ayudara. Tras esto, fue llevada al hospital para poder cuidarle todas las lesiones que la paliza le había generado.
Después de unos meses, con miedo a que Jon Koppenhaver volviera a aparecer, decidió contar la historia por Twitter y su exnovio contestó diciendo que "no quería hacerla daño". "Había ido a su casa a darle una sorpresa con un anillo de compromiso y no esperaba encontrarme lo que vi, ni acabar así". También explicó que no sabía qué haría porque sabía que la policía no le entendería. Según el Daily Mail, la policía sigue buscándole todavía.
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