Sadia Abdinur, de 35 años, es repudiada en su comunidad africana. No solo por ser víctima de elefantiasis en sus extremidades inferiores sino porque sus vecinos creen que este mal le ha llegado porque ha sido poseída por el diablo. En 2006, Sadia enfermó después de sufrir una infección. Poco a poco su pierna izquierda comenzó a hincharse y ahora sufre elefantiasis causada por una infección parasitaria.
La enfermedad que sufre Sadia le vuelve cada vez más indefensa. Inmóvil e incapaz de alimentar a sus hijos, de siete y nueve años, los menores se ven obligados a vagar por las calles pidiendo sobras para mantener viva a su familia. Además los niños, que nunca han asistido a la escuela, abrazan todas las noches a su madre pensando que no la verán con vida al día siguiente.
Pero el calvario de Sadia está a punto de llegar a su fin. Una organización benéfica británica está tratando de recaudar fondos para llevarla a Reino Unido y que el cirujano vascular Nigel Standfield le realice la operación que le salvará la vida. En Kenia, los doctores no se atreven a intervenirla y si su enfermedad no se trata es posible que ella muera antes de tiempo en caso de infección.