Como el que no quiere la cosa, el abogado de Trump, Rudy Giuliani, ha admitido en la cadena favorita del presidente de Estados Unidos lo que éste siempre ha negado: “Lo pagó el despacho de abogados y el presidente lo reembolsó.
Trump pagó a Stormy Daniels para que callara sobre su hacer. Unas horas después, el propio Trump lo ha corroborado vía Twitter. Pagó, dice, para detener la “extorsión” y las “falsas acusaciones” de que tuvo una relación con la actriz porno.
El problema es que el presidente de Estados Unidos lo negó no hace ni un mes a bordo del Air Force One hasta dos veces. “No sé nada”, insistía.
Tanto Giuliani como Trump, eso sí, se han esforzado en dejar claro que el pago a Stormy Daniels no procedía del presupuesto de campaña, algo que está considerado un delito federal.
“Es un mentiroso. Es una vergüenza”, dice el abogado de Stormy Daniels, empeñado en hacer declarar al presidente por este caso, mientras amenaza en el horizonte la citación del fiscal especial para la trama rusa.
Ante todos estos frentes, Trump se protege a lo grande: ha contratado al mismo abogado que defendió a Bill Clinton para librarle del impeachment.