Deborah Byrne, de 47 años de edad, de Northampton (Reino Unido) se enteró que su hija había fallecido de la peor manera posible. La madre estaba disfrutando de una taza de té cuando, mientras navegaba por las redes sociales, descubrió mensajes en el muro de Facebook de Brogan Warren: “Solo recuerdo ver un montón de mensajes de RIP (DEP por sus siglas en inglés)”.
La joven, de 21 años, había fallecido a consecuencia de un accidente de tráfico mientras volvía de un festival vegetariano, Vegfest en Bristol, en la localidad de Oxforshire, a 72 kilómetros de la ciudad en la que vivía junto a su madre.
El suceso ocurrió el 23 de mayo del pasado año, pero hasta ahora Byrne no ha contado su infierno: “no me podía creer que me había enterado de su muerte en Facebook”. En el accidente mortal también fallecieron tres de sus amigos, Sam Jones de 23 años, Nicoletta Tocco de 25 y Sam Kay de 26.
Aunque la policía si avisó a la madre del fallecimiento de la hija, en torno a las 5 de la madrugada aunque ella no se despertó, se lo comunicó oficialmente al mediodía: “Yo no culpo a nadie. Escuché al perro ladrando pero no me percaté que hubiera alguien”.