Tras sus máscaras se esconde una noche maldita de octubre en Guatemala. Una explosión en casa de esta cooperante y de su novio les dejó así. Muchos lloros durante su estancia en el hospital, situación dura y cara, la factura ascendía a 90.000 euros. Todo el pueblo de Hellín se volcó con ellos y en poco tiempo recaudaron lo que necesitaban. Por eso han vuelto a llorar, pero esta vez ya en España y de emoción y aunque todavía les queda mucho camino ahora lo ven todo de otro color.