Cuando un agente australiano le preguntó cuánto tiempo llevaba conduciendo sin licencia su respuesta fue singular en todos los sentidos: se dio la vuelta, miró a su hija, que se encontraba con ella en el momento en que la dieron el alto, y se preguntó, señalándola… ¿Cuántos años tienes? Y de ahí la respuesta que resolvería ambas cuestiones: veintitrés. Entre carcajadas, la mujer explicó al agente que llevaba 23 años al volante sin permiso de conducir y que tenía pensado poner el coche a su nombre, pues estaba al de su marido, fallecido el pasado año.
“No tengo carnet. Lo siento mucho. Soy estúpida. No debí hacerlo”, le dijo, sin poder aguantar la risa, que finalmente terminaría contagiando incluso al agente.
Y es que, en su intento de argumentar lo sucedido, también entre carcajadas, llegó incluso a confesar: “Mi marido tampoco tenía licencia, ¿quiere que le desentierre?”
“Ni siquiera sabía que decir”, llego a reconocer el agente, que en todo momento se mostró comprensivo, tal como recoge el medio Metro, quien subraya que la escena apareció en un canal de televisión australiano el pasado año.
Ahora, 365 días más tarde, la mujer, identificada como Isileta Afamasaga, reconoce, como apunta el medio local NZ Herald, que sigue sin carnet de conducir, a pesar de las indicaciones del policía, que le aconsejó, después de imponerle una multa de unos 170 euros, sacarse la licencia antes de afrontar el juicio.
No obstante, tras defender el uso del humor en una situación así, Isileta asegura que no ha vuelto a conducir desde entonces y afirma que tiene “carnet de conducir para Samoa, pero Australia no lo reconoce”, dado que no está homologado.
Su filosofía, aunque ha variado ligeramente y no es precisamente oportuna, se la traslada con matices al resto de los conductores: “Si no haces nada incorrecto y conduces de forma segura nunca te pillarán, pero si no tienes el carnet no conducir no conduzcas”.