Lorenzo Arline, de 43 años, se casó con la madre de las niñas tras haber cumplido una condena por homicidio en Florida y se mudó al domicilio en el que ella residía con sus hijas en 2005. No obstante, al poco tiempo la mujer sufrió un derrame cerebral y tuvo que ser hospitalizada durante muchos meses.
Sin la madre de las niñas en casa, el hombre comenzó a violar a la mayor cuando ésta tenía 14 años y posteriormente, a la pequeña, de 12 años. Las amenazaba y prohibía que salieran de casa sin su permiso. Si desobedecían, las violaba. Como consecuencia de los abusos sexuales, la hermana mayo dio a luz a cinco bebés y la menor, a tres.
Según pasaban los años, Arline comenzó a someter a las niñas a graves agresiones físicas y en una de ellas, en 2015, partió un diente a la hermana mayor, que entonces tenía 24 años.
Tras esto, la joven informó de lo ocurrido al personal del colegio al que iban los niños. También contó el abuso continuo al que le había sometido Arline prácticamente toda su vida, por lo que el hombre fue detenido de inmediato.
Arline fue declarado culpable de seis cargos de violación en primer grado y un cargo de violación en segundo grado.
Ahora, Kenneth Holder, el juez encargado del caso, ha condenado a Arline a 150 años de prisión. Así lo explica el fiscal del distrito de Queens Richard Brown en un comunicado recogido por Daily Mail: “La sentencia de hoy concluye un caso increíble de abuso sexual a manos de alguien que debería haber estado cuidando y protegiendo a estas jóvenes. Debe pasar el resto de su vida tras las rejas”, expone.
Por su parte, una de las jóvenes alega que: “Es un demonio viviente. Tengo que mirar a mis hijos a los ojos y recordar todos los días lo que él me hizo pasar”.