Si a las largas jornadas laborales se les suman otras tres horas de media al día dedicadas a las tareas domésticas y familiares, el resultado es el de una madre trabajadora agotada. Y es que son ellas quienes dedican más tiempo a llevar a los niños al pediatra o a asistir a las tutorías del colegio, mientras que los padres dedican de media una hora al día a estas mismas tareas.
Maternidad y felicidad se dan la mano, aunque una de cada cuatro mujeres asegura no sentirse realizada. Según una encuesta, realizada por la escritora Laura Sagnier y su empresa de marketing PRM, una de cada 10 madres se arrepiente de serlo y el 17 por ciento de mujeres de entre 17 y 26 años se niega a tener hijos.
Las mujeres más infelices, el 13 por ciento, argumentan que se encuentran así porque tienen problemas con su pareja, aunque el esfuerzo y las dificultades económicas también influyen en estos resultados.
La conciliación también es un problema y una de cada cuatro madres abandona su trabajo o le pone freno para anteponer el cuidado y la educación de los hijos. Cada día es una carrera, una competición agotadora que provoca que las mujeres no se sientan felices con la vida que llevan.