Un receptor de bluetooth en el bolsillo; un pinganillo y un móvil con cámara bajo la camiseta. Es la ‘chuleta digital’. “Podríamos decir que son chuletas electrónicas”, afirman los especialistas de la Guardia Civil. A estas alturas se le ha perdido la pista al papel manuscrito y al bolígrafo sabelotodo: para aprobar el teórico de conducir, en Logroño, tres hombres de Marruecos, Pakistán y Rumanía, se pertrecharon con el citado kit de espionaje para exámenes. Lo único que llevaban aprendido era la estrategia para aprobar. Con la cámara retransmitían el examen y el cómplice que recibía la imagen les soplaba la respuesta. Sin embargo, la postura que debían mantener para grabar y llevar a cabo su plan levantó sospechas en los examinadores, que dieron el chivatazo. “Se les llevó a una sala aparte y es cuando se intervinieron estos dispositivos”. Aparatos valorados, nada más y nada menos que en 2.000 euros. Querían licencia para conducir, pero, como es obvio, la única licencia que les dieron fue para andar…