La pareja homosexual se encontró al llegar a casa algo poco agradable. Alguien había garabateado la palabra "maricones" en su puerta, pero se defendieron de la mejor manera posible.
Cuando vieron el insulto tallado en su puerta, la lijaron hasta que no fuese visible y se las arreglaron para darle un toque de humor al suceso. Pusieron un cartel con la fabulosa contestación a la persona que escribrió esa palabra.
La nota dice lo siguiente:
"Al individuo que garabateó la palabra "maricones" en nuestra puerta:
Lamentamos informarle que ha fallado al no usar purpurina o pintura de brillo al escribirla, además tenía una letra horrorosa, por eso hemos tenido que quitarla.
Fabulosamente suyos, los gays del apartamento 611".
Así, el ingenio ha conseguido ganar a la homofobia.