Manuel Blanco, José Enrique Rodríguez y Julio Latorre, los tres bomberos españoles que estaban acusados de un delito de tráfico de personas cuando en realidad se encontraban salvando vidas y rescatando refugiados en el mar de las costas de Grecia, han sido recibidos con gestos de cariño y un sonoro aplauso en su llegada al aeropuerto de Sevilla, la tierra natal de los tres.
Este lunes, tras dejarlos en libertad sin cargos, la justicia griega ponía fin a un calvario que comenzó con la detención de todos ellos, pertenecientes a la ONG Proem-AID, en 2016.
Hoy, amigos y familiares se han acercado a recibirles, y los bomberos se han dado un baño de abrazos de todos aquellos que durante este tiempo les han dado fuerzas y ánimo.
“Ha sido la suma de todos. Todos hemos aportado un poquito. Todo el apoyo que hemos recibido y al final se ha conseguido. Hay que agradecerlo de todo corazón a todo el mundo", expresaba José Enrique tras conocer la absolución.
“Se siguen perdiendo vidas y la mejor cara de Europa la hemos representado voluntarios de toda Europa independientemente de que vistan de naranja, azul o rojo”, expresaba su compañero, Manuel Blanco.
Y es que, aseguran, después de todo lo pasado, y a pesar de las dificultades tras ser acusados de un delito penado con 10 años de cárcel, no les faltan fuerzas para “seguir”, porque, recalcan: “Sique ocurriendo lo mismo en el Mediterráneo”.