Un pequeño pueblo de Zaragoza, dedicado a la agricultura, que desde hace días recibe la visita de decenas de turistas. "Antes nadie se acordaba de Olvés y ahora se ha hecho popular", se regocija una vecina. Aquí se ha instalado, aunque cueste creerlo, la bandera más grande del mundo para orgullo de sus vecinos. "Lo hice porque me siento español, me siento orgulloso de mi bandera y de mis colores y no tengo ningún reparo en exhibirla en ningún sitio". Lo explica Alberto Pérez, empresario del sector agrícola que buscaba algo diferente y lo encontró en una empresa de Lleida. "Al principio no se lo creían hasta que no vieron las mallas en el almacén". 22.000 metros cuadrados de lona roja y gualda que no pasan desapercibidos a nadie.