Lo que comenzó con una agradable día con la visita al zoo de Cascavel, en Brasil, terminó convirtiéndose en tragedia por una imprudencia.
Un padre y sus dos hijos pequeños, de 11 años y 3, se encontraban frente a la jaula del tigre viendo al animal, pero el niño de 11 años quería acariciarlo así que su padre le dejó atravesar la valla de seguridad. El pequeño cuando atravesó la valla comenzó a darle comida al animal e intentar acariciarlo, hasta que el felino se abalanzó contra el niño y le dio un zarpazo en la mano.
Como afirma en el diario Daily Mail un testigo de lo ocurrido, el niño gritaba llorando tras ser atacado: “voy a morir”.
El testigo, un profesor de música, fue quien llamó a la ambulancia tras el suceso: “bajé y vi al padre corriendo con el niño y el brazo colgando”
“El padre se encontraba en shock, hablando sin sentido y diciendo que el niño iba a morir”
El niño fue tratado por los servicios sanitarios que le desplazaron hasta el hospital y allí le amputaron el brazo.
Los cuidadores del zoo aseguran que el animal es uno de los más mansos del lugar.