Hoy concluye uno de los juicios más duros que se recuerdan en los últimos años en España, por el horror de los asesinatos y por el contenido de las investigaciones, donde se han mostrado imágenes del asesino confeso posando con los cadáveres de sus tíos y los niños.
Durante el turno de la última palabra, Patrick Nogueira ha pedido perdón por lo que ha hecho, hasta en dos ocasiones, y ha asegurado que siente el daño hecho: “Yo también sufro”
Ha recordado como en su vida ha cambiado de ciudades y ha llegado hasta este punto. "Ahora no puedo arreglar lo que ha pasado", ha indicado, para llegar a decir que no le importa que le "empastillen lo que sea".
Para la defensa es el supuesto daño cerebral que Noguiera padece el que explica, que no justifica, sus actos, mientras que el Ministerio Fiscal pide para el acusado prisión permanente revisable, porque asegura que es una persona con una tremenda "maldad".