Ni la identidad del menor ni de la del resto de la familia ha sido revelada por los medios británicos que sin embargo sí han dado detalles del grave acoso y las agresiones sufridas por el pequeño de 11 años en el colegio de primaria de Stebonheath, en Llanelli, en Gales.
Los hechos se remotan al curso pasado, cuando el niño padeció el acoso y las agresiones de varios compañeros de clase, quien no sólo le decían que ojalá tuviera cáncer y se muriera sino que también pasaron a las agresiones físicas.
Un día llegó a casa con todo el estómago arañado. Los agresores le habían hecho las dolorosas marcas con unas cañas de bambú del jardín del colegio. En otra ocasión, llegó con varios golpes en la cabeza después de haber sido arrinconado y pegado por los otros menores.
Varios familiares han dado a conocer el caso en el medio local South Wales, quienes han mostrado su impotencia por la indiferencia de la dirección del centro educativo. El pequeño estaba tan aterrorizado que se orinaba en la cama y escondía los zapatos para no ir al colegio.
Lamentan que el niño, que ha sido cambiado estos días a otro colegio junto a sus demás hermanos, sufre las secuelas de los ataques, aunque se ha alegrado mucho de no volver a su antigua clase.
Tanto la policía como la oficina de asuntos sociales han empezado a intervenir en el caso.