La nonagenaria, que pertenecía a una visita de grupo, no dudo en sacar su bolígrafo negro cuando vio al lado de la obra de Arthur Köpcke de cuadrados blancos y negros un cartel que ponía: “Inserte palabras”. En declaraciones a la policía, la mujer se defendió diciendo que “si el museo no quiere que la gente siga esas instrucciones deberían poner una señal para dejarlo más claro”, según recoge el diario ‘Telegraph’.
Sin embargo y a pesar del daño causado a la obra valorada en 80.000 euros, la directora del museo Eva Kraus ha dicho que se trata de un ‘destrozo’ fácil de arreglar. Por su parte, el propietario del cuadro que se lo cedió al museo se ha tomado lo sucedido con buen humor y no ha interpuesto ninguna denuncia contra la mujer.