El pasado 20 de junio, Amelia Milling estaba realizando una caminata de unos cincuenta kilómetros por el sendero Crow Creekm, en Alaska. El viaje en solitario duraría unos tres días, pero cuando llevaba poco más de seis kilómetros, sus bastones se rompieron.
La joven se precipitó desde una altura de 200 metros, luego chocó contra una roca y se deslizó unos 120 metros más, hasta que aterrizó en un sendero. Allí, se encontró a Nanook, el husky que le salvó la vida. “Cuando vi por primera vez a Nanook, pensé que era un lobo. Luego vi el collarcillo y me di cuenta de que estaba allí para ayudarme”, cuenta Milling en declaraciones recogidas por Fox News.
La joven siguió al perro, esperando que le llevara a algún lugar donde pudieran ayudarla. El can se quedó toda la noche con ella e incluso cuando la joven intentó, sin éxito, cruzar un río, el can la sacó del agua por las correas de su mochila.
Poco después, Milling sufrió hipotermia y llamó a emergencias, por lo que de inmediato, ambos fueron rescatados por un helicóptero de los soldados de Alaska.
Scott Swift, el dueño del perro, asegura que no es la primera vez que su perro rescata a alguien. “Le gusta emprender aventuras por su cuenta. Desaparece y se va y conecta con un excursionista o un mochilero o un corredor de montaña. Una vez se encontró con el Ejército haciendo un ejercicio de entrenamiento y se fue durante siete días. Hace años, sacó a una niña de un río y jugó con ella hasta que llegó su familia”, cuenta.
Milling está muy agradecida de haber conocido al husky: “Creo que el perro es un ángel guardián. Le dije varias veces que lo amo y que nunca lo olvidaré”.
“Nookie fue un héroe, un Lassie moderno. Siente un gran amor por los humanos y por lo que hace. Es un perro increíble”, cuenta Eric Olsen, el teniente de policía estatal de Alaska.
Swift ha creado una página de Facebook para que los excursionistas que se hayan cruzado con Nanook cuenten su experiencia.