Prepárense para un salto de infarto, En caida libre, y a 250 kilómetros por hora. Este paracaidista noruego ha conseguido lo imposible. Alexander Polli llevaba meses examinando la roca foradada de Montserrat, midiendo al milímetro la cavidad por donde pretendía pasar volando como un pájaro. Diez metros de alto y tan sólo uno y medio de ancho. Sin efectos especiales de por medio.Sólo planeando con este traje que le ha hecho romper la ley de la gravedad. Es el último desafío para los amantes del deporte extremo que logran sobrevolar, sin pasar por el aeropuerto, los impresionantes paisajes de Estados Unidos, Noruega, o Sudáfrica...Lo más cerca de sentirse