Un autobús que salía de Minsk con dirección a Kiev ha tenido un accidente por culpa de un alce que estaba completamente ebrio por culpa de comer excesivas raices de una fruta fermentada. El alce salió de entre los árboles y al conductor no le dio tiempo a reaccionar y el animal acabó estrellándose contra la luna del autobús.
Según Daily Mail el problema para los pasajeros no solo fue que acababan de tener un accidente, si no que el cuentakilómetros se había parado en el número 666.6 que es el número de la "llamada de la bestia".
Después de que el conductor llamara a emergencias y les contara lo sucedido a los pasajeros muchos empezaron a salir del autobús y a sentarse en la carretera a rezar.