El ajo contiene alicina, un fitoquímico primario que, además de ser el encargado de aportar el mal olor también tiene una alta capacidad antioxidante. Además, aumenta la inmunidad y reduce la presión arterial y el colesterol, tal y como recoge 'Noticias24'.
Pese a que tiene pocas calorías, es muy alto en vitamina C, B6 y manganeso. "Su capacidad antioxidante es importantísima. Conservan las barreras naturales, intervienen en el sistema inmune y cumplen el rol de agentes de defensa contra las infecciones", afirma una experta en nutrición.
Consumir diariamente ajo da una mayor sensación de vitalidad. Sin embargo, aunque tiene muchos beneficios, es un alimento que no se tiene muy en cuenta y puede llegar a provocar un cierto rechazo debido a su mal olor.
Diversos estudios han mostrado que la cocción del ajo puede llegar a disminuir sus capacidades. 60 segundos en el microondas o 45 minutos en el horno bloquean su capacidad antioxidamente. Entonces, ¿cuál es la mejor forma de incluirlo en la dieta? Una especialista recomendó usarlo como condimento para dar sabor a las carnes. También se puede añadir a las masas de pizzas o incluso a las tartas.