El pasado martes a las 15.30 horas (hora local) Devin Moon llamó a la policía alertando de que su hija Reygan “no respondía y estaba fría al tacto”.
Cuando los agentes se personaron en el lugar, la menor ya había fallecido. Certificaron que pesaba seis kilos cuando el peso normal de un niño de casi tres años es de entre once y diecisiete kilos. Al recriminárselo a su madre, Moon contó a los agentes que la pequeña había nacido con problemas médicos que le impedían aumentar de peso. Pero los agentes no la creyeron.
“Se determinó que la causa de la muerte era negligencia, desnutrición. No se descubrieron otros problemas médicos que pudieran haber llevado a la muerte de Reygan. Su peso en el momento de la muerte era de seis kilos”, cuenta la declaración.
Este viernes, Moon ha sido acusada de un cargo de asesinato y otro de crueldad contra niños. Se espera que declare el próximo ocho de agosto.
"Durante la investigación, los detectives descubrieron que dejaba sola a la niña para ir al trabajo, básicamente turnos nocturnos, de manera regular. Se quedaba sola en casa durante diez o doce horas, la mayoría de las noches", comentó Jake Smith, sargento de policía del condado de Gwinnett en declaraciones recogidas por People.