Las víctimas vivían en condiciones insalubres y tenían miedo al agresor, que las amenazaba de muerte con un hacha y un cuchillo de grandes dimensiones.
Los familiares de la mujer alertaron de la situación a los agentes de seguridad después de pasar meses sin poder comunicarse con la mujer y por las excusas que ponía el agresor para que nadie viera a las víctimas.
La mujer confirmó que su esposo la tenía secuestrada junto a su hija, con graves deficiencias psíquicas, además de amenazarles constantemente de muerte con un hacha o con un cuchillo de grandes dimensiones y sin suministrarles comidas ni medicinas.
Como se puede ver en estas imágenes proporcionadas por la Policía de Murcia, madre e hija vivían en condiciones de “insalubridad”, ya que estaban rodeadas de basuras y restos orgánicos.