Fueron trece días con las calles sucias. Toneladas de basura acumuladas en la capital, papeleras rebosantes, montañas de residuos..a las que la alcaldesa de Madrid puso fin encargando la limpieza a la empresa estatal Tragsa, que hoy pasa la factura. 358.000 euros por limpiar las calles. A esto hay que sumar los 204.000 que costó escoltar a los barrenderos con horas extra de los agentes de policía y los 597.000 euros en desperfectos provocados a contenedores y papeleras en esas dos semanas. En total, un millón 159.000 euros aunque de momento los madrileños pueden respirar tranquilos. El Ayuntamiento asegura que va a pasar la factura íntegra a las empresas adjudicatarias.