Donna Wakefield creyó que sería gracioso vestir a su hija de Cenicienta como si fuera una chica fiestera, rodeada de botellas de alcohol vacías y con un cigarro en la mano. El resto de fotografías muestran a la pequeña de 7 años con unos disfraces realmente siniestros: Blancanieves llena de piercings y tatuajes, la princesa Elsa en modo zombie…
La madre asegura al diario ‘The Mirror’ haber colgado todas estas fotos en su casa. La artista de las fotografías, ha tenido que hacer frente a las duras críticas que han disparado estas fotografías, aunque no entiende a que viene tanto alboroto: “La mayor parte de la gente se da cuenta de que hay Photoshop. El cigarro es realmente un palo de piruleta”.