Josh Fairbanks y su hijo de 11 años, Logan, comenzaron a publicar en Internet divertidos videos familiares. Cuando el pequeño comenzó a ser objeto de comentarios crueles, el niño pidió a su padre grabar un video para confrontar el acoso cibernético. Los usuarios, en algunos casos, llegaron a desear la muerte de Logan. En dos minutos, lee valientemente algunos de los insultos recibidos con la intención de “que la gente no vuelva a hacer 'bullying' a otras personas” y de que las que lo han sufrido “no permitan que estas palabras les afecten”.