Barcelona ha anunciado que convertirá 21 kilómetros de carriles para coches en carriles para bicicletas y peatones. El objetivo es aprovechar el parón producido por la cuarentena para evolucionar hacia una movilidad más sostenible y mantener el descenso en los niveles de contaminación que hemos experimentado en las últimas semanas. Los ecologistas ven una oportunidad para cambiar el modelo, pero advierten de que hay países que van en sentido contrario: China y Estados Unidos han anunciado que relajan los controles ambientales para acelerar la recuperación.