Peter Bailey recuerda, todavía con asombro, como paseaba por la playa de la localidad del suroeste de Gales en la que reside y su perra comenzó a comportarse de manera rara. Se acercó a comprobar qué le ocurría a su mascota y se topó con una extraña criatura a la que, según recoge el Western Telegraph, confundió con un caballo. Pero un segundo vistazo descartó esta idea porque el animal sin pelo, tenía garas y un cuerpo similar al de un cerdo. Bailey añade que, pese a lo que se pudiera pensar, esta criatura supuestamente en descomposición no desprendía olor alguno.
La aparición de esta bestia sin identificar recuerda casos como el del monstruo de Ontario, la bestia de Brooklyn o el monstruo de Montauk.