Con 184 votos a favor, los de socialistas, CIU y BNG, el Gobierno ha logrado sacar adelante su paquete de medidas urgentes para fomentar el empleo, aunque para evitar quedarse solo y perder la votación, ha tenido que aceptar que se tramite como proyecto de ley y por tanto que incluya eventuales enmiendas de los distintos grupos parlamentarios, lo que ha sido aprobado por unanimidad.
El Gobierno no quería que su decreto, diseñado sin el consenso de patronal y sindicatos, se tramitase como un proyecto de ley susceptible de incorporar enmiendas que el PSOE, sin una mayoría parlamentaria clara, no tendría capacidad de controlar y que podría derivar en una auténtica reforma laboral al margen del diálogo social. Además, los sindicatos habían pedido que el decreto se aplicase con su actual redacción, sin opción a cambios 'indeseables'.
Sin embargo, la falta de suficientes apoyos en el Hemiciclo para convalidar el decreto con tranquilidad y para evitar su tramitación como proyecto de ley ha acabado por obligar al Gobierno a variar su posición.
El debate del plan ha vuelto a ser el marco de una agria disputa entre el Gobierno y el Partido Popular, que a través de su portavoz, Cristóbal Montoro, ha calificado el paquete de medidas presentado por el Ejecutivo de Zapatero de "improvisación y chapuza".