Según informa The Mirror, Joanne decidió someterse a la colocación de una banda gástrica cuando su elevado peso comenzó a ser un problema real para su salud. Los médicos le dijeron que o adelgazaba o moriría.
Gracias a la intervención Joanne logró adelgazar más de 170 kilos y le permitió cumplir su sueño de ser madre en dos ocasiones. Pero nueve años después de la operación, la banda gástrica comenzó a dar complicaciones.
En junio de 2008, Joanne se percató de que tenía un bulto en el pecho. Los médicos comprobaron que la banda gástrica se había movido y tuvieron que someterla a otra intervención para recolocarla y tuvieron que quitarle parte del estómago.
Este fue el comienzo de su calvario y nunca volvió a recuperarse al 100%. Durante meses solo pudo tomar líquidos y tuvo que someterse a un bypass gástrico. Durante la intervención perdió mucha sangre y estuvo cuatro días en coma inducido. Dos meses más tarde tuvieron que colocarle una bolsa de colostomía y solo podía alimentarse a través de una sonda.
En agosto de 2012 descubrieron que Joanne tenía un pulmón perforado y meses después sufrió un ataque al corazón. Los médicos le dijeron a Aijaz, el marido de Jaonne, que habían hecho todo lo que habían podido y que la mantenían viva gracias a las medicinas y a la respiración asistida. Aijaz tuvo que tomar la dura decisión de desconectarla de la máquina.
Las investigaciones posteriores han concluido que Joanne murió por las complicaciones sufridas por la colocación de la banda gástrica y al bypass practicado en 2008. El hospital donde se realizaron las operaciones, St George’s Hospital de Jersey (Reino Unido), indemnizó a la familia con más de 230.000 euros.