Los detenidos se desplazaron desde Cataluña a Madrid para presuntamente agredir a sus rivales con barras de hierro, defensas extensibles y puños americanos, y por lo que se les imputan delitos de daños y robo con violencia ya que destrozaron motocicletas y parte del mobiliario y se hicieron con chalecos de las víctimas.
Los problemas empezaron cuando varias personas abandonaron el grupo motero de Cataluña porque no estaban de acuerdo con el carácter violento y la ideología que establecía la dirección, y se integraron en una banda de Alcalá de Henares.
Los investigadores se incautaron barras de hierro, distintivos, documentación del grupo y de sus normas internas y fotos tachadas de sus rivales.
Entre los ochos detenidos se encuentran dos altos cargos, denominados 'presidente y sargento de armas de la jefatura' y el 'Presidente Nacional' del club de Lérida.