Este lunes, el monarca se reúne con los representantes de las más altas instituciones políticas y jurídicas del Estado. De uno en uno, irán pasando por su despacho los presidentes del Congreso y del Senado, Jesús Posada y Pío García-Escudero; del Tribunal Constitucional, Francisco Pérez de los Cobos, y del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, según fuentes de Zarzuela.
El martes tendrá una recepción con representantes de entidades de solidaridad social, el miércoles la salutación de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil y viaje a Cataluña, para entregar los premios de la Fundación Príncipe de Girona, en el momento de mayor tensión territorial.
Ese fue también el primer destino de Juan Carlos como rey, en febrero de 1976, pero a los tres meses de su proclamación y en un ambiente mucho más favorable. Don Felipe no tardará ni una semana en realizar este mismo viaje, pero su visita llega en medio del pulso soberanista. El presidente de la Generalitat ha instado al nuevo rey a ejercer su papel de árbitro con Cataluña y España, pero si no lo hace no piensa alterar sus planes.
Pendiente del caso Nóos
El rey cumplirá su agenda de trabajo pendiente de lo que diga el juez Castro en el caso Nóos. Esta es la semana clave en la que despejará el futuro penal, entre otros, de la infanta Cristina y su marido, Iñaki Urdangarin, y el panorama no es muy alentador para ninguno de los dos. Apartada de los actos de proclamación, la hermana del monarca podría sentarse en el banquillo de los acusados.
Primeros retos para el reinado de Felipe VI que parte con ventaja con respecto a su padre según las encuestas, en la del diario El País un 58% dice que el nuevo rey les inspira sensación de seguridad, mientras que en la del diario La Vanguardia la mitad de los encuestados cree que su proclamación ayudará a mejorar la valoración de los ciudadanos sobre instituciones como la Corona.