Las últimas llegadas de inmigrantes a Melilla o a Ceuta parecen confirmar una nueva tendencia: los inmigrantes prefieren utilizar nuevos métodos para llegar a Europa, en lugar de las tradicionales pateras, que les salen mucho más caras y son más peligrosas.
Lo corroboran las cifras, ya que entre los años 1994 y 2008, más de 90.000 inmigrantes llegaron a Canarias en patera. Pero, desde que en 2006 se intensificaron los controles por mar en países como Mauritania o Senegal, el número de cayucos bajó radicalmente.
Sin embargo en 2013 más de 4.000 personas han intentado entrar de forma ilegal en Ceuta y Melilla, casi un 50 por ciento más que el año anterior.