Casi una década después Aznar sigue sin morderse la lengua. En la segunda parte de su biografía, ‘El compromiso del poder’, el expresidente del Gobierno no hace ni una gota de autocrítica, ni en la gestión de los atentados del 11-M, ni en su intervención en la guerra de Iraq, se pone la medalla de colocar a España en el mapa de las Azores e incluso se jacta de poner en su sitio a Hugo Chávez.