Damon Centola, un profesor asociado de la Escuela de Comunicaciones Annenberg de la Universidad de Pensilvania, en Estados Unidos, ha realizado una investigación para descubrir qué porcentaje de la población total es necesaria para cambiar la opinión de la mayoría restante.
Para realizar el experimento, el profesor necesitó 194 voluntarios y los separó en grupos de 20 y 30 personas. Tras esto, les enseñó una foto de una cara y les pidió que le pusieran un nombre entre todos. Una vez elegido el nombre, Centola añadió a cada grupo algunas personas más que serían los cómplices y cuyo papel era elegir otro nombre distinto al acordado presentando otra alternativa.
Según recoge RT, los expertos empezaron a ver qué ocurría con modelos minoritarios, equivalentes al 15% de la población total, aumentando este porcentaje hasta el 35%. Sin embargo, al llegar al 25% cada grupo cambió su opinión.
Estos resultados desvelan que para realizar una revolución social con éxito, es necesario que participe al menos el 25% de la población. Este experimento desbanca a los realizados por los economistas clásicos, que afirman que los cambios revolucionarios necesitan ser apoyados por más de la mitad de la población para poder realizarse.