Los pacientes con cáncer que se someten a la quimioterapia podrán empezar a usar los cascos para evitar la caída del pelo. Los hospitales españoles han comenzado a implantar el uso de estos cascos de silicona que ofrecen mantener inalterable la apariencia física de los enfermos, algo que influye negativamente en muchos pacientes de cáncer. El casco, de silicona, tiene celdas por las que se hace circular líquido para enfriar el cuero cabelludo durante el tratamiento de quimioterapia. Este enfriamiento busca estrechar los vasos sanguíneos de la cabeza reduciendo la cantidad de quimioterapia que llega a las células de los folículos pilosos y disminuyendo la caída del pelo.