El grupo de cinco españoles esquiaba fuera de pista en el sector del túnel de Bielsa-Arañué en la frontera entre España y Francia, cuando se vio sorprendido por una avalancha. Tres de los esquiadores consiguieron salir por su propio pie, los otros dos quedaron sepultados. Un equipo de 35 personas fue movilizado para su rescate, pero llegar hasta la zona fue muy complicado debido a la gran cantidad de nieve desplazada por el alud. Los dos atrapados fueron localizados gracias a que iban equipados con sistemas de detección. Uno estaba ya muerto, el otro fue trasladado de urgencia a un hospital donde falleció.
Eran David Ballesteros, 44 años y de Santander, y Marcos Portolés, 45 años y residente Hornedo. Se investiga ahora cómo ocurrió el accidente, pero las autoridades habían avisado del riesgo importante de avalancha. No es la única tragedia en la nieve en los últimos días. El viernes fallecieron cuatro esquiadores en otro alud, esta vez en el norte de los Alpes. Además, hace una semana lo hizo un monitor de esquí fuera de pistas en la estación de Formigal. Ayer mismo en la estación de Squaw Valley,en California, ocurrió una avalancha. La rápida intervención permitió rescatar con vida al sepultado.