Muchas personas tienen prejuicios contra 'Cuarto Milenio': yo era una de esas personas

Llegó así, de esa manera, sin haberlo previsto. Ya había tenido previamente algunas experiencias con él, algo había visto en algún momento de zapping o había llegado hasta mí algún vídeo viral. Así fueron mis primeros coqueteos con el mítico programa que lleva en antena desde noviembre de 2005. Y es que si el espacio presentado por Iker Jiménez y Carmen Porter continúa en emisión hoy día es porque tiene un público fiel y adicto. Y con razón. Pero yo continuaba con recelo hacia él. Estaba equivocado.

Deshacerme de mis prejuicios no fue difícil. Bastó con ver un par de programas completos. Lo que me encontré cuando visioné el espacio detenidamente me sorprendió para bien. Lo primero que me llamó la atención fue la pasión y el respeto que tanto Iker como Carmen y el resto de profesionales del programa le ponen a todo lo que hacen. Así consiguieron ganarse mi admiración. Y es que si amas lo que haces y trasmites esa pasión a los espectadores, los demás también podrán enamorarse de tu trabajo.

Después se cayeron, una a una, todas las vendas que tenía con el programa. 'Cuarto Milenio' no es solo un programa en el que se hablen de OVNIS o fenómenos paranormales. Es mucho más que eso. En él te puedes encontrar con los misterios de las pirámides de Egipto hasta los avances más apasionantes de la ciencia sin olvidar el repaso a algunos casos mediáticos que han estremecido a toda la población (como, por ejemplo, la incongruente autopsia de la muerte de Michael Jackson o el Caso Vallecas, donde una niña murió en extrañas circunstancias). Todo esto me cautivó.

Me encontré así con todos los ingredientes que deseo ver en cualquier película de intriga y misterio, no necesariamente de terror. Porque 'Cuarto Milenio' no es un programa de terror. Ni tampoco de ficción. Todo los casos que aparecen son reales: tramas políticas, encuentros con el más allá, hechos que cambiaron la historia… todo perfectamente documentado y presentado de tal forma que engancha a cualquiera que muestre el mínimo de interés.

Yo tenía prejuicios con 'Cuarto Milenio', sí. Y no me avergüenza reconocerlo. La pena es haberme perdido tantos años de programas por culpa de mis prejuicios.