El deporte no miró para otro lado. Galicia continúa ardiendo, con más de 4.000 hectáreas de monte afectado, 17 concellos en alerta y cuatro fallecidos, pero nuestro deporte no ha podido evitar pronunciarse.
En un fin de semana negro para el noroeste peninsular, el presidente de la Xunta Alberto Núñez Feijóo quiso destacar que los incendios que todavía azotan Galicia no son fruto de la casualidad. "Son fuegos absolutamente intencionados", sentenciaba en la jornada del domingo el presidente gallego.
Sin embargo, más allá de la política, el deporte en nuestro país se ha volcado con Galicia. Los clubes gallegos de Primera División han emitido sendos comunicados. El Celta, que vio como las llamas se acercaban peligrosamente a Balaídos, ha recibido el cariño de sus rivales gallegos del Deportivo y de sus rivales en la jornada de hoy: la UD Las Palmas. Deportistas gallegos también han expresado su tristeza y su rabia y, en especial, el Coruxo ha cedido su estadio para los afectados, a pesar de que su ciudad deportiva ha sido completamente arrasada por las llamas.
El mundo de baloncesto, con Pau Gasol o Sergio Llull como exponentes, también se ha solidarizado con Galicia. El portugués Ricardinho, ídolo del fútbol sala mundial, ha compartido con letras de tristeza su desánimo ante lo sucedido en sus dos tierras: su Portugal natal y la España que es para el su segunda casa. El gallego Óscar Pereiro, vecino de Vigo, también siguió de cerca el paso de las llamas, compartiendo en todo momento la última hora de lo que pasaba en Galicia.
Deportistas, pero seres humanos al fin y al cabo. Galicia no arde, a Galicia la queman; y, por ello, el deporte no podía mirar para otro lado.