Porque en el vestuario de la Albiceleste, después del 1-3, se escuchó de todo. Cánticos para su afición, gritos de júbilo e insultos para "esos putos periodistas" que tan mal se lo han hecho pasar a los chicos de Sampaoli durante la fase de clasificación. Con el pase en el bolsillo, era la hora de cobrarse alguna factura y así hizo un equipo que, sin duda, estará más unido después de esta gesta en la altura ecuatoriana.
El vestuario fue una fiesta en la que todos participaron. Todos, incluído Sampaoli, al que difícilmente se ve en los vídeos que subieron sus jugadores o en las fotos que compartieron en las redes sociales. Seguramente, el exentrenador del Sevilla ya está pensando en cómo va a hacer para conseguir formar un equipo de aquí a que arranque la cita de Rusia en el verano de 2018.